Trabajando en Marketing Directo me di cuenta de lo difícil que es llamar la atención de cualquier persona con la cantidad de mensajes que nos llegan cada día. Pues es mucho más difícil si tienes poco presupuesto. Nunca nos rendíamos en aquella época, y cualquier brief de una invitación, un folleto podía hacer que nos quemásemos la cabeza intentando dar soluciones brillantes y originales, que hiciesen que la pieza pudiese destacar sobre el resto. Aquí comparto algunos ejemplos de estos envíos “casi” planos.